Este cuadro muestra un paisaje otoñal con una pradera seca con pastos amarillentos y un viento fresco del norte, la casa de campo, sus árboles movidos por el viento, un cielo celeste con algunas nubes y un carro en el fondo de la casa quedando en el olvido como fiel reflejo de lo que en sus años fue el único medio de trasporte de la época, ahora en cambio corren épocas donde existen móviles muchos más veloces y confortables como el automóvil o mejor la camioneta.
Todo en algún momento quedara en el olvido, como esta pintura tal vez, una circunstancia propia de la vida misma